A todos nos gusta que nuestros autos se vean limpios y relucientes, pero muy pocos saben que el someterlos a jabones de uso común ( trastes, ropa, cabello) pueden acelerar el proceso de oxidación natural que éstos pueden tener ya que en su mayoría, incluyendo la pintura, contienen metal.
Por ello, antes de aplicar el jabón, debes remover el exceso de polvo y de esta manera evitaras rayar la pintura de tu vehículo, de preferencia hazlo a presión; si no cuentan con un equipo de estos, hazlo con una esponja y abundante agua, sin caer en el desperdicio.
Ya que eliminamos el polvo, remoja otra esponja en jabón (no uses la misma con la que removiste el polvo ya que si no se enjuaga de manera correcta, ésta puede guardar algunos residuos de polvo que podrían dañar tu pintura), de preferencia neutro, que produzca demasiada espuma y que sea especial para autos. Los movimientos con la esponja deben de ser delicados, en forma lineal, de arriba a abajo.
Vuelve a utilizar agua a presión para retirar el jabón y para secar, hazlo con un trapo de algodón seco, repite los movimientos de arriba a abajo. Encerar tu vehículo, ayudará a conservar en buen estado la pintura y evitará que el polvo o grasas se adhieran a la misma.