Así como lo estás leyendo, si tú eres de los que manejas sin preocuparte si sientes un poco de sed y decides no tomar antes agua, podrías disminuir tus capacidades al grado tal de manejar como si estuvieras alcoholizado, según lo revela un estudio hecho en Inglaterra.
Publicado en el último número de la revista Physiology and Behavior, este trabajo de investigación realizado por la Universidad de Loughborough en Inglaterra consistió en hacer dos grupos de conductores. El primero fue llevado a un simulador de conducción donde durante dos horas estuvieron bebiendo agua cuando así lo necesitaban y utilizando la máquina en donde se imitaba un trayecto monótono de dos horas en el que había que adelantar a vehículos que iban a muy baja velocidad, subir pendientes, tomar algunas curvas y viajar por interminables rectas. Al segundo grupo se les sometió a la misma prueba, pero no se les dejó beber. Incluso durante algunas horas antes de probar el simulador tampoco pudieron beber.
Y los resultados de la prueba fueron muy claros. Los que sí bebían agua cometían la mitad de las fallas que aquellos que no. En concreto, los primeros cometieron 47 errores y los segundos, 101. Los científicos consideraban fallas acciones como frenar tarde, no mantener la distancia de seguridad o pisar las líneas de la carretera.
Además, los que estaban deshidratados cometían muchos más errores al final del trayecto que al principio, por lo que parece que el cansancio producido por la falta de líquidos iba en aumento de forma peligrosa.
¿De qué manera afecta la deshidratación a nuestra forma de conducir?
No estar bien hidratado equivale a tener un 0.08 por ciento de alcohol en sangre. El estudio demostró como los conductores que menos agua tenían en el cuerpo duplicaban los errores en la conducción.
Ron Maughan, un médico entrevistado por Yahoo Health asegura que esta condición afecta sobre todo a la claridad de nuestra mente. “El tiempo de reacción, la atención, la concentración, pensar, e incluso nuestro estado de ánimo está alterado cuando no hemos bebido lo suficiente”, explica el doctor. “Incluso cuando no estamos conduciendo, simplemente frente a la computadora podemos notar los mismos síntomas”.
Maughan también señala que la deshidratación puede afectar a nuestra presión arterial, causando mareos, confusión o letargia. Otra de las áreas que puede no responder de manera adecuada es la muscular. “Puede que en la carretera necesites dar un volantazo ante una emergencia, y si estás deshidratado, a lo mejor tus brazos no responden de la manera adecuada”, razona la experta en nutrición Katie Ferraro en el mismo medio.
Y toda esta catarata de situaciones negativas no viene solo cuando estamos totalmente deshidratados. Aunque esta condición suele llegar cuando perdemos el 2% de nuestra agua corporal, también notaremos los efectos adversos con tan solo perder la mitad.
La única solución ante este problema es beber agua lo suficiente antes y durante el viaje en automóvil, y parar a descansar cada dos horas. En esa pausa podemos aprovechar para ir al sanitario y para comprar más bebida que hidrate nuestro cuerpo.