José Luis Alarcón Vela
Desde los principios de la historia el “arte de seducir a una mujer” ha sido altamente estudiado y puesto en práctica por infinidad de hombres con diversas “tácticas”, desde utilizar la poesía y el canto, hasta realizar cualquier cosa o medio para llamar la atención de alguna mujer.
Uno de estos “embellecedores masculinos” puede ser un automóvil, sobre todo deportivo, descapotable, musculoso o de muy alto costo. Para muchos este “detalle de cuatro ruedas” resultará todo un imán que atrae mujeres, aunque siempre habrá excepciones y no faltará alguna fémina cuya opinión sea que los autos son solo eso, autos; todos iguales puesto que en suma sirven para transportarse del punto A al B. Para otras, las más radicales, la sola insinuación de que el auto puede ser el punto de atractivo de un hombre llega hasta el punto de ofenderlas. Lo cierto es que esa idea de que un auto llamativo sirve de mucho a la hora de conquistar una dama es más usado y arraigado en el sector masculino que en el femenino.
Expertos en el comportamiento humano tienen su opinión al respecto, y señalan que en la sociedad donde vivimos, el auto se ha convertido en uno de los objetos de deseo favoritos porque brinda la ilusión de status, clase y poder. El automóvil es la herramienta de seducción por excelencia ya que trasmite y proyecta la imagen que uno quiere mostrar de sí mismo.
No es lo mismo ver a un hombre en el supermercado un sábado a la mañana subiéndose a un minivan, que observarlo dando vueltas por la ciudad solo por la tarde en un BMW convertible rojo.
Psicólogos coinciden que por ejemplo, después de un divorcio, tanto mujeres como hombres sienten el desafío de tener que volver a “salir al mercado” de la conquista, después de haber vivido experiencias seguramente dolorosas en sus vidas, así es que vemos a muchas personas zambullirse en gimnasios, salones de belleza y los concesionarios de autos, buscando crear una imagen de sí mismos apta para sentirse fuertes y confiados en que esta nueva etapa de sus vidas será mucho mejor.
Pero ¿y si realmente los autos fueran una herramienta fundamental para conseguir el amor de las mujeres?; ¿que auto necesitaríamos para semejante tarea? Aquí algunas propuestas.
Sabemos que en el mundo hay diversidad de mujeres con diferentes personalidades, entonces, si hablamos de una chica con carácter fuerte que busca acción necesitaremos un vehículo se vea rudo, casi indomable como puede ser un Ford Mustang, un Chevrolet Corvette o Dodge Challeger.
Por otra parte, para las señoritas que les gusta las cosas simpáticas y tiernas como ositos de peluche, flores, conejitos de chocolate, etc; entonces el Smart, Mini Cooper o Fiat 500 serían los ideales para presentarse ante ellas.
Ahora bien, si la chica a conquistar es ya toda una mujer con muchos hijos (…preferente y sanamente sin marido), necesitaremos un vehículo como una GMC Acadia, o que tal una Porsche Cayenne, pero si ya de plano los hijos de la susodicha no sueltan a los amigos se tendrá que pensar en ligar a bordo de una Lincoln Navigator.
Pero cuando la meta es ganar los favores de una señorita que goza aventurarse a la naturaleza o salir al aire libre nada supera una moderna camioneta todo terreno así como también una imponente pick-up como la Chevrolet Cheyenne, Ford Lobo o Dodge Ram, aunque también no hay que olvidar el tipo de chica mucho más sencilla y relajada que disfruta de paseos en autos descapotables para ver las estrellas donde sin duda el auto ideal sería un Peugeot 308 CC o un Mazda MX-5.
Pero además hay otro factor a tomar en cuenta que nos hace tener esa idea de conquistar mujeres presumiendo el tipo de automóvil que se tiene y ese elemento es la publicidad que influye y mucho en esta concepción de la “conquista sobre cuatro ruedas”. La promoción de los objetos ya no está vinculada a las necesidades sino a los deseos. Y el consumo forma parte de la identidad: uno es lo que consume, por eso el atractivo de los autos de alta gama donde se enaltece la solidez, la velocidad, los detalles de lujo y sobre todo la potencia.
Esta obvia alusión de la potencia de un auto psicológicamente se entiende como poderío sexual. “El auto es una metáfora de un falo. Lo fálico da una medida de lo viril, pero no alude exclusivamente al órgano sexual sino que metaforiza la erección, el poder y la fuerza. La publicidad utiliza eso", afirma la doctora Perla Uriarte, psicóloga de la UNAM. Y agrega que "Freud identifica como equivalentes del falo también a los hijos, por eso aparece esa cosa paternalista en relación a los vehículos".
Así pues ¿tú eres de los que piensa que lo anterior es solo mera suposición?, pues una empresa de seguros británica el año pasado realizó un estudio en el que encontró que muchas mujeres ven incrementada su líbido ante los autos deportivos de lujo.
En dicho estudio participaron 40 hombres y mujeres a las que se les midió el nivel de testosterona en su saliva ante los sonidos de vehículos de las marcas Maserati, Lamborghini y Ferrari donde los investigadores descubrieron que todos los participantes tuvieron incrementos en sus niveles de testosterona aunque fueron mayores en el caso de las mujeres.
Es muy posible que un auto pueda ser un atractivo más para el hombre que busca impresionar a una mujer, pero nada supera algo que es mucho más barato y que consume menos combustible como es una buena personalidad, mucha simpatía y no mostrar nerviosismo ¿qué no?.